CARLOS (42) y DARÍO (18), padre e hijo, van juntos a jugar al fútbol cinco, pero de juego no hay nada. Dentro y fuera de la cancha, Carlos busca imponerse con la palabra y el juego brusco. Darío lleva la pelota con habilidad y usa el silencio para esquivar el hostigamiento de su padre, siempre descontento con su forma de ser. Rodeado de hombres compitiendo entre sí, Darío observa y se busca a sí mismo. Todavía está a tiempo de elegir otro camino.